Una guía de sujetadores de alta temperatura

El efecto del calor en los sujetadores metálicos

Las industrias que van desde la automotriz hasta la HVAC dependen de sujetadores que funcionen en entornos de alta temperatura. Los metales tienen límites de temperatura. Por lo general, la fusión no es un problema para el metal a menos que estemos hablando de temperaturas de 1,000 °F o más.

Sin metales resistentes al calor, sus sujetadores sufrirán. Las altas temperaturas afectan a los sujetadores de varias maneras:

1. Corrosión

Existen diferentes tipos de corrosión a alta temperatura, pero generalmente implican un ataque químico de gases, metales fundidos o sales.

2. Resistencia del material debilitada

El metal se debilita y se vuelve más dúctil a altas temperaturas, mientras que las temperaturas extremadamente bajas hacen que se vuelva quebradizo.

3. Expansión y contracción

Las altas temperaturas también pueden hacer que los sujetadores metálicos se expandan, ejerciendo presión sobre los orificios en los que se han instalado. Cuando el metal se enfríe, el sujetador se contraerá y aflojará.

Consideraciones antes de elegir sus sujetadores

Los pernos de alta temperatura, las arandelas de alta temperatura, los remaches resistentes al calor y otros sujetadores tienen propiedades mecánicas específicas. Para seleccionar un sujetador, debe tener en cuenta los materiales. Antes de que puedas hacer eso, tienes que determinar:

  • La temperatura promedio a la que estará expuesto su sujetador
  • La cantidad de tiempo que el sujetador soportará temperaturas extremas
  • Si el sujetador experimenta vibraciones o golpes
  • Si la corrosión representa una amenaza para el sujetador
  • Si desea que su sujetador conduzca la electricidad o no

Los aditivos pueden darle más resistencia al calor, ya sea que sus sujetadores sean de metal o plástico. Encontrará que un material varía en la temperatura máxima de servicio, según el fabricante. Esto se debe a los aditivos que utiliza el fabricante. Por ejemplo, un fabricante puede formular un material para que funcione a unos 575 °F, mientras que otro fabricante ofrece ese mismo material a 350 °F.

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